SUEÑOS

Creo que llevo toda la vida soñando. Pero soñaba mas de pequeño, ultimamente casi no lo hago.

Si miro atrás me veo en la mesa de mi pupitre, en la esquina de la cama, ..con los ojos semi-cerrados y soñando. Soñaba que todo iba a mejorar, que mi vida sería cada vez mejor, cuando era pequeño soñaba que esta rareza que me ocurría con los chicos se me pasaría y terminaría casándome con una chica muy guapa y teniendo muchos hijos. Soñé que un día llegaba al colegio y todos me respetaban, que era un líder y tenía mas de un millón de amigos como la canción de Roberto Carlos.

También soñé con que mi compañero de clase que se sentaba detrás mio leía una de las notitas de amor que nunca le mandé y caía rendido a mis pies. Soñaba que crecía muy deprisa y me convertía en un flamante escritor de novelas de suspense.

Soñaba despierto, pero soñaba. Ya casi no lo hago y eso me preocupa. No puedo quedarme sin sueños, precisamente anoche volví a soñar.

Soñaba que viajaba en el tiempo y me encontraba con el Bruno de doce años soñando en su pupitre. Una voz del Hermano Esteban le despertó.

- Señor García está usted otra vez en las nubes, volverá a batir el record de suspensos este semestre.

Allí estaba yo, el chico de atrás Raul Acosta, el que me tenía enamorado le disparó con un boligrafo vacío un grano de arroz en el cuello. Le hizo daño. Pero no se inmutó. Ni siquiera miró atrás. Me hubieran dado ganas de partirle la cara a ese idiota pero nadie podía verme. Miraba a Bruno. Su mirada estaba triste. Escribía en una papel mientras pasaba olimpicamente de la lección. Me acerqué a leer. Y recordaba todo lo que había escrito hace tantos años. Era una lista de deseos. Escribía los deseos que quería que se me cumplieran. Sonreí. Ay pequeño Bruno demasiados deseos para ti. Me hizo gracia el primer deseo. "que me pongan un compañero de pupitre" Entonces me di cuenta. Era el unico que no tenía compañero de pupitre. Y no lo tendrás Bruno. Nadie quiere sentarte contigo porque les da miedo que los demás le llamen tu novio y lo marginen como a ti. Raul Acosta vuelve a dispararle en el cuello. Esta vez mas cerca y con mas fuerza. Y le hace mas daño. No puede evitar lanzar un quejido de dolor. Eso provoca las risas del resto de la clase. El Hermano Esteban se gira hacia Bruno.

-Ya está bien señor García pongase de rodillas frente a la pizarra hasta que termine la clase. Ya me cansé de que sea el bufón de la clase.

Y allí iba el pequeño Bruno y sus sueños, obediente a ponerse de rodillas frente a la pizarra. De pronto otro grano de arroz estalló en su cuello. Pero se tragó el grito de dolor. Quiero despertarme, no me gusta ver esto. Me acerqué a la lista de deseos para leerlos pero justo cuando iba a hacerlo una mano los agarró y se los llevó de la mesa de Bruno. Era la mano de Raul Acosta. Date por jodido Bruno. Y desperté. Sudando como quien se despierta de su peor pesadilla. Marcos seguía durmiendo a mi lado. Salí al balcón a tomar el aire. Eran las cuatro de la mañana. Y comencé a recordar.

Creo que no cumplí ningun deseo de la lista que circuló por todo el colegio durante aquel curso.

Bueno uno sí, perderles de vista.

Hubo deseos y sueños que nunca me atreví a escribir porque los consideraba imposibles.

Y esos son los que cumplí.

Convivir con mi novio.

Que toda mi vida social me acepte como soy.

Escribir todos mis traumas infantiles para que alguien pueda leerlos.

Como me hubiera gustado que el Bruno pequeño hubiera soñado y pudiera verse así de mayor.

Le hubiera hecho la infancia mas feliz.