EL SITIO DE MI RECREO

Hoy, escuchando esta preciosa canción me acordé de todos los recreos que me perdí. La asignatura favorita de mis compañeros se convertía en mi pesadilla durante los largos 30 minutos que duraban. Tiempo suficiente para que me quitaran la merienda, me mirasen con asco y me apartasen de sus juegos.
Así era el sitio de mi recreo, mi escondite sin paredes, el sitio de todos los balonazos, mis muros de cristal para que todos vieran como deambulaba por el abismo de mi soledad. Allí en aquel patio del colegio de los Hermanos Maristas durante siete años fui mal perdiendo todos mis recreos. Recuerdo las montañas que lo rodeaban y mi imaginación llevándome volando por encima de ellas a un mundo de baldosas amarillas donde Oz me diera los poderes que nunca tuve, la valentía para mandar todo a la mierda, el orgullo para no dejar que nadie me pisara y el corazón para poder perdonarles tanto tiempo después.
Hoy con está canción volví a aquel sitio sin techo para los días de lluvia, sin calefacción en invierno, aquel sitio tan grande que nunca lo pude llenar.

Si aquellos Hermanos Maristas tuvieran razón, y despues de la vida, alguien te tomara justicia sobre todo lo que has hecho, podría decirles que me deben mas de mil recreos.
Y que ya no los quiero, que se los den a algún otro niño que esté ocupando el sitio de mi recreo.
Todavía escucho el sonido del timbre que indicaba la hora del recreo.
RIIIIIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNNGGGG

Tiemblo.